DEMENCIAS Y ALZHEIMER
Invitada: Neuropsicológa Adela Hernández Galván
Un oscuro fantasma ronda en las mentes de viejos y envejecientes: El temido mal de Alzheimer, este nombre se ha vuelto sumamente famoso en los últimos años, con mucha frecuencia es mencionado en cualquier conversación entre mayores y no tan mayores, a veces en broma otras no tanto, sin duda esta enfermedad causa desasosiego y preocupación en las personas, los más viejos temen padecerla, los jóvenes temen su herencia, los más cercanos temen las complicaciones de la dependencia y del deterioro progresivo.
De entre más de 70 tipos de demencia reconocidos, la enfermedad de Alzheimer es la demencia con la mayor incidencia. con alrededor del 57% del total de enfermos; la demencia en general es la perdida progresiva de las facultades mentales hasta tal punto que interfiere con el desempeño de las actividades básicas de la vida cotidiana, ya bien sociales, físicas, y que altera la conducta y la personalidad de la persona.
Si bien es cierto que la única forma de diagnósticar esta enfermedad es post mortem, actualmente se han consesado criterios y se cuenta con avances tecnológicos que pueden ayudar a un diagnóstico clínico más acertado, al inicio de la enfermedad los pricipales síntomas son la perdida de la memoria acompañada de una perdida de interpretación semántica, cambios en la conducta y en la personalidad de la persona afectada, estos síntomas se irán agravando con el tiempo hasta interferir gravemente en su capacidad de resolver situaciones de su vida diaria, para al final del proceso interferir en el control básico de sus actividades físicas, como el control de esfínteres o su capacidad de deglutir sus alimentos, generando problemas médicos y complicaciones con otras enfermedades.
Se cree que existen factores determinantes como los geneticos que pueden desencadenar esta enfermedad, sin embargo los estudios hasta hoy comprobados, no refieren datos claros acerca de cuales son las causas directas de este padecimiento, existen no obstante algunos factores de riesgo que siempre será importante tomar en cuenta y que pueden incluso prevenir otro tipo de demencias: El consumo excesivo de grasas animales, de alcohol, de tabaco u otras sustancias toxicas, el sedentarismo o poco ejercicio físico, mal control de enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes; es importante también mantener nuestra mente activa y en constante desarrollo y aprendizaje, aprender cosas nuevas estimulará nuestro cerebro a desarrollar nuevas interconexiones (plasticidad cerebral), y entre más interconexiones construyamos mayor será la reserva cognitiva para enfrentar este padecimiento.
Es importante también distinguir entre un envejecimiento patológico y un envejecimiento normal, ya que es en el patrón del envejecimiento patológico (envejecimiento acompañado por una o varias enfermedades cronico-degenerativas) que suelen presentarse el mayor número de casos asociados a enfermedades demenciales, de tal manera la prevención radica en ejercer patrones de vida sana y saludable que prevengan ante todo la enfermedad crónica.
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