lunes, 13 de julio de 2009

Programa 28 del 11 de julio del 2009


TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA EN MÉXICO

Invitada: Dra. C. S. Verónica Montes de Oca Zavala


Desde hace algunas décadas México vive un proceso de envejecimiento poblacional que provoca cambios en su estructura demográfica, el aumento en la esperanza de vida, la disminución de nacimientos y la migración son los factores con mayor influencia en este fenómeno poblacional, ¿será México un país de viejos?
La respuesta es sí, las proyecciones así lo preveen pero de acuerdo con nuestra especialista, México no tiene una transición homogénea, al igual que otros fenómenos del desarrollo social, el país crece, se desarrolla y envejece por zonas, así es como estados con mayor desarrollo económico, humano, político e institucional, sobre todo del centro y norte del país tienen una mayor esperanza de vida y una tasa de envejecimiento mayor, mientras que los estados del sur (principalmente Guerrero, Oaxaca y Chiapas) tienen una esperanza de vida menor con una mayor tasa de natalidad que los convierte en los estados con el mayor número de niños y jóvenes; así con este panorama sumado a la alta migración de jóvenes de los estados del centro y norte del país ya podemos observar comunidades practicamente envejecidas con hasta un 30 % de mayores de 60 años en los casos mas extremos (zona del bajío). Así que cuando se habla del envejecimiento poblacional de México se debe pensar que es solo un promedio nacional de una amplia gama de situaciones locales, bajo esta perspectiva la proyección nacional prevee pasar de un 8% actual de personas adultas mayores hasta un 25-30% para el año 2050.

México deberá enfrentar cinco principales retos para poder transitar con éxito esta estapa de su historia: Desarrollo legislativo para la promoción y la defensa de los derechos de las personas adultas mayores, que rompa con la visión y operación asistencialista para transitar hacia un ejercicio pleno de ciudadanía; inversión total e integral en la educación de los jóvenes que son nuestro bono demográfico en los próximos 20 años; inversión en salud sobre todo en el ámbito de la prevención, así como crear un sistema único de prevención social y cuidado de la salud; creación y desarrollo de redes sociales, las estructuras familiares están cambiando y esto obliga a tejer otro tipo de relaciones y de redes de apoyo; también conservar y potencializar la sabiduría y experiencia cultural de los mayores, verlos como una gran riqueza cultural que debemos cuidar pero también debemos hacer uso de ese capital multicultural que parece se empieza a perder.

El panorama no resulta alentador sobre todo para aquellas familias empobrecidas económicamente y además aquellas otras sin sus hijos que han migrado dejando la red familiar fracturada; por lo que se requiere además de superar los retos descritos, de mucha imaginación y creatividad de toda la sociedad para encontrar mejores formas de relaciones, intercambios, apoyos y una mejor calidad de vida.

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