AUTOMEDICACIÓN
Invitado: Dr. Miguel Ángel Medina
A partir del 25 de agosto de 2010 la Secretaría de Salud del gobierno federal ha prohibido la venta libre de antibióticos, el argumento es la indiscriminada automedicación de estos fármacos; los adultos mayores tienen una compleja y contradictoria situación que enfrentar, pocos recursos económicos, un sistema de seguridad social escaso, malo y pobre; además un país sin cultura preventiva. La prohibición resuelve el problema de la automedicación?
En definitiva la respuesta es no, ante una realidad que demuestra que el hábito de automedicarse tiene profundas raíces entre la población mexicana, es posible que desde la medicina tradicional, por ejemplo, los remedios caseros trasmitidos de padres a hijos durante generaciones es quizá el primer vestigio de estas prácticas, desde las infusiones o tés, pasando por cataplasmas o sobadas, en fin en los últimos tiempos de los inofensivos (a veces no tanto) tés, hemos pasado a recetarnos medicamentos de laboratorio, tanto antibióticos como analgésicos, anti diarréicos, antiácidos, desinflamatorios, o incluso ansiolíticos o anti depresivos.
Pero la automedicación tiene otras fuentes de influencia y de interés, no solo es una obsecada forma de dañarnos, por el contrario parte de la idea de mejorar nuestra salud, pero ahorrandose un paso y un peso: La consulta médica, ya bien por carecer de los recursos económicos para pagar los honorarios médicos privados; o evitar las largas esperas y en ocasiones malos tratos en las instituciones públicas; otra causa visible es el poco interés de la política pública por educar a la población y generar una auténtica cultura de la prevención y el autocuidado; y sin duda una gran responsabilidad es la que tiene la televisión como medio de masas y como medio de ventas, en este punto vale la pena deternos a reflexionar sobre el impacto que tienen los anuncios comerciales de medicamentos en la conciencia de las personas y en sus conductas; de ahí que al no tener esta iniciativa de gobierno otras estratégias que integren estos otros puntos que son parte del problema, no podrá por si sola resolver el problema de salud pública que representa la automedicación.
Es posible cambiar este panorama si en algún momento se cambia la forma de ver a la medicina, y de un sistema curativo pasamos a un sistema preventivo, en donde el eje no sean las medicinas y sus laboratorios trasnacionales, sino una cultura de hábitos saludables y una educación universal en salud.
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