HIPERTENSIÓN ARTERIAL II
Invitado: Dr. Amir Gómez León Mandujano
La Hipertensión arterial sistémica es una de las enfermedades más prevalentes en nuestra sociedad y su impacto sobre la calidad de vida se hace más evidente en los adultos mayores. En ellos, lo que vemos hoy día es producto de décadas de acumulación del daño y sus complicaciones, tanto agudas como aquellas que son resultado de la evolución crónica de la enfermedad, son las que encabezan la lista de mortalidad en nuestros países. Nuestra misión y el gran reto es, por tanto, modificar esta historia natural de la enfermedad y ser capaces de establecer nuevas estrategias que nos permitan por un lado, instituir medidas de prevención eficaces para etapas tempranas de la vida y por otro, una identificación más temprana de los enfermos, adecuada caracterización de la población afectada y medidas de control y monitoreo realmente efectivas que permitan cambiar el sombrío panorama al que nos enfrentamos en la actualidad.
Ya se mencionó en el primer programa sobre este tema, las cifras y estadísticas que actualmente se alcanzan en México, así como el panorama general de esta enfermedad, en esta ocasión nuestro especialista invitado nos alerta sobre los factores de riesgo mas importantes: El consumo excesivo de sodio en los alimentos , principalmente en su presentación más común, la sal, pero también presente en cantidades excesivas en conservadores de alimentos procesados. Este consumo excesivo produce retención de líquidos en el flujo sanguineo que a su vez eleva la presión arterial; el fumar tabaco es otro de los factores predisponentes, en este caso las sustancias inhaladas provocan que la arterias y venas se estrechen provocando mayor esfuerzo y presión para que la sangre circule por todo nuestro cuerpo, un efecto parecido ocurre con los periodos de stress prolongado o crónico, en donde como reacción natural del organismo este segrega hormonas que aceleran el ritmo cardiaco y contraen venas y músculos originando que la presión se eleve; el consumo de alcohol tiene un efecto contradictorio como factor de riesgo, ingerido en dosis pequeñas suele ser un buen vasodilatador que favorece una presión normal, pero su consumo mas allá de dos copas al día tiene un efecto contrario, esto es que contrae o estrecha las arterias y venas, y en consecuencia se eleva la presión.
El consumo excesivo de grasas de origen animal puede provocar que las venas y arterias sedimenten lípidos y colesterol estrechando el interior de ellas, esto lleva el doble riesgo de elevar la presión y provocar taponamientos que pueden producir infartos cardiacos o cerebrales.
Lo mejor sin duda es la prevención, alimentación sencilla, natural, baja en grasas y sodio, y la ejercitación física regular ya que el ejercicio nos ayudará a mantener nuestro peso, aumentará nuestra capacidad aeróbica y ayudará a que nuestras arterias y venas se dilaten o ensanchen ayudando a una circulación sanguinea optima, además el ejercicio nos libera del stress.
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